Reflexión para hoy.


Queridos amig@s! Para Dios todos somos iguales. Dios nos creó a todos de la misma forma. A veces solemos medir el valor de las personas por los títulos que tienen, por el éxito, por los logros alcanzados y por un sinfín de aspectos materiales que no tiene nada que ver con el valor de las personas, sólo son adornos externos, lo que importa de verdad esta dentro y es a veces difícil de ver. Todos fuimos hechos por el mismo Dios y de la misma forma, por eso todos tenemos el mismo valor. A veces la soberbia nos invade cuando alcanzamos algún logro material o cuando recibimos algún reconocimiento a nuestro talento, recordemos que todos esos logros van de la mano de Dios. No somos más que nadie y nadie es más que nosotros. Tengamos un corazón humilde y aprendamos a apreciar a las personas. Todos tenemos diferentes cualidades porque Dios nos hizo variados, cada persona es un ser único e irrepetible. Lo que quizás para nosotros es fácil para otro no lo es, y lo que para nosotros es difícil para otro es fácil. Jesús siendo el hijo de Dios vino a esta tierra a darnos un ejemplo de humildad, ni Él siendo tan Poderoso, vino a hacernos sentir inferiores, más bien se mostró como una persona humilde, y vino a servir en el nombre de Dios. ¿Qué somos nosotros comparados con Él? Aprendamos de Jesús y seamos humildes, valoremos a las personas por lo que son, por sus virtudes, alejemos todo sentimiento de soberbia. Y así como no debemos sentirnos más que nadie, tampoco debemos sentirnos menos que nadie porque somos un ser único creado por un Dios Poderoso que nos ama, nos respeta y nos valora. Somos diferentes, pero con el mismo valor. Aprendamos a respetarnos, a valorarnos tal y como somos, aprendamos de Jesús, oremos para que Dios nos renueve, nos libere de todo espíritu de soberbia y nos enseñe a valorarnos y valorar a los que nos rodean. Dios les Bendiga!

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