Reflexión para hoy.

Queridos amig@s! ¿Qué actitud estamos tomado ante las adversidades? La Biblia nos dice que la fe puesta a prueba es más valiosa que el oro. Cuando pasemos por un momento difícil pongamos nuestra confianza en el Señor. Aprendamos en la adversidad, veamos los problemas como oportunidades para sacar la mejor versión de nosotros mismos, para refugiarnos en el Señor, aumentar nuestra Fe y ver cómo la Gloria de Dios se manifiesta en nosotros. Cuando nos vemos presionados por las adversidades sacamos todo nuestro potencial para resolverlo. Como hijos de Dios, sabemos que si nos acercamos a nuestro Padre en busca de socorro Él nos dará la sabiduría para hacerle frente a nuestras dificultades, y no solo encontraremos las respuestas, sino que también nos llenaremos con su Poder Divino que nos levanta para salir victoriosos de cualquier adversidad. Cuando pasamos las turbulencias vemos cómo la Gloria de Dios nos hizo poderosos y nos sacó del abismo, aprenderemos y seguiremos adelante con más madurez y con más Fe en el Señor. 

Reflexionar:

¿Qué actitud estamos tomando? ¿Vemos las dificultades como problemas que nos aquejan o como oportunidades para aprender, renovarnos y acercarnos más al Señor? ¿Hemos hablado con alguien con más experiencia de lo que nos preocupa?

Hay veces que Dios nos enfrenta con el cambio porque quiere algo mejor para nosotros, Él siempre quiere nuestro bienestar. No dejemos que las dificultades nublen las oportunidades que Dios tiene para nosotros y nos alejen de Él, al contrario, cuando el temor nos invada oremos al Señor digámosle que le dé sosiego a nuestra alma, que nos indique lo que quiere de nosotros, ¿qué nos quiere enseñar? Digámosle que nos muestre las oportunidades que nos ofrece, que nos llene de su Poder y que nos dé Sabiduría para discernir bajo los designios de Dios, enfrentemos las dificultades con buena cara con la confianza puesta en nuestro Padre y recordemos que no estamos solos, en momentos difíciles también contamos con el apoyo de nuestros seres queridos y nuestros hermanos en Cristo, porque estamos siempre dispuestos a consolar y ayudarnos mutuamente. Dios les Bendiga!