Reflexión para hoy.


Queridos amig@s! Así como no podemos atarnos a las cosas negativas del pasado, tampoco podemos aferrarnos a las cosas buenas que se han ido de nuestras vidas, lo que debemos hacer es seguir hacia adelante y luchar por lo que queremos, por las cualidades que necesitamos mejorar, por vivir más cerca de Dios y cultivar nuestra Fe. Pero, ¿qué quiere decir lo antes expuesto? Bueno, he conocido personas que tenían dinero y por circunstancias de la vida lo han perdido, que tenían un matrimonio pleno y de un momento a otro lo perdieron, que tenían un buen trabajo y por una mala admistración de la empresa lo perdieron todo, pero estas personas en vez de buscar nuevas oportunidades, en vez de adaptarse a las circunstancias y seguir adelante hicieron todo lo contrario, siguieron sus vidas como si todavía tuvieran el estilo de vida al que estaban acostumbradas, negándose a las oportunidades que se les presentaban, pues siempre buscaban algo exacto a lo que tenían. La reflexión de hoy es que si estamos pasando por una situación similar, debemos dejar el pasado que ya pasó, no quiere decir que no podemos volver a recuperar lo perdido o volver a sentir esa sensación de plenitud en nuestras vidas, con la ayuda de Dios todo lo podemos pero el primer paso es aceptar nuestra situación, salir del estado de negación, adaptarnos al momento en que nos encontramos, empezar a establecernos metas junto con la sabiduría de Dios, y empezar a luchar por ellas. Levantemos la vista a las oportunidades, a las maravillas y permitámosle al Señor guiarnos en este nuevo año. Si nos permitimos ver nos vamos a sorprender con las posibilidades que nos están esperando. El Señor ha preparado buenas obras para que andemos en ellas. Tenemos un libro en blanco para escribirlo pues aún tenemos cosas por realizar, personas que vamos a conocer, relaciones que vamos a establecer, tenemos la oportunidad de empezar de cero, levantarnos y volver al camino, permitámosle al Espíritu Santo intervenir en nuestras vidas, dejemos que Dios Padre se glorifique. Entreguémosle a Dios este año que ha comenzado. En Cristo llevaremos muchos frutos y seremos más que vencedores. Recordemos que sin Dios nada podemos hacer. Dios les Bendiga!


 

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