Reflexión para hoy.
Queridos amig@s! Ya termina el mundial de Qatar y nos deja un mensaje difícil de ver a simple vista: Aparentemente ha sido un evento deportivo que ha unido a diferentes naciones y culturas para celebrar la final de un deporte muy popular... Pero no todo ha sido deporte y celebración.
Qatar es una nación que oprime a sus ciudadanos cuando no cumplen con sus leyes religiosas, un qatari que quisiera seguir a Jesús, sufrirá persecución y cárcel. Lo tienen prohibido, sin embargo en Qatar hay un complejo religioso para que sólo EXTRANJEROS puedan reunirse. ¿No les parece irónico?
En las noticias hablan de que utilizaron miles de trabajadores de países como Bangladesh, India y Nepal, para construir el estadio en un tiempo récord. Detrás de la rapidez en la construcción está el maltrato y abuso de esos trabajadores considerados inmigrantes temporales, muchos murieron fatigados, busquen información en Internet.
A veces nos dejamos sorprender por lo que vemos por fuera, sobre todo sí es atractivo y lo aprueban los demás. Jesús afirmó que aparecerían hombres con objetivos bien definidos que trabajarían para atraer, reunir y alejar a la gente del plan de Dios; a estos, Jesús los llamó «falsos profetas», hablarían y predicarían al pueblo; sin embargo, su mensaje no tendría valor divino. Serían palabras atractivas con el objetivo de alcanzar al mayor número de personas y alejarlas del auténtico mensaje de Cristo.