Reflexión para hoy.


Queridos amig@s! Hoy les quiero compartir la historia de Josué que encontramos en la Biblia en el libro que lleva su nombre. 

Josué recibió el liderazgo de mano de Moisés cuando este iba a fallecer. 

Josué tenía que conquistar la tierra prometida para Israel y el primer desafío al que se enfrentó, fue tomar la ciudad amurallada de Jericó. 

Josué enfrentaba uno de los momentos más importantes de su vida. Confiando en la promesa dada por el Señor de un éxito contundente en la batalla de Jericó, sabía de antemano el resultado, pero al aproximarse el día del combate, necesitaba una estrategia específica para obtener la victoria. Probablemente, lo que escuchó al Señor decir, debió haberlo dejado boquiabierto: Le pidió que diera vueltas con su ejército alrededor de la ciudad...

Puede uno imaginar la gran confusión que invadiría a los soldados al escuchar que debian llevar a cabo esta poco común estrategia de batalla. Sin embargo, en momentos de duda como estos, es que vale la pena recordar que la voz de Dios se sobrepone a la nuestra y a nuestras convicciones dándonos el mejor camino a seguir, siempre que no olvidemos los tres requisitos para beneficiarnos de sus instrucciones:

– Fe para confiar en Su Poder.
– Coraje y disciplina para obedecerle
– Paciencia para esperar Su respuesta.

Y es que la medida de la solidez de nuestra fe, será siempre proporcional a la forma de nuestra respuesta. Cuando el Señor nos dé una clara instrucción a través de lo que nos enseña la biblia, si realmente creemos en Él y en sus promesas, seguiremos tal instrucción de forma precisa y completa. De otra manera, dudaremos de obtener la victoria mediante dichas instrucciones.

Cultivar un espíritu de espera en El Señor, es también una parte esencial de la obediencia. ¿Qué hubiera pasado si el ejército decidiera desviarse de los planes de Dios durante los primeros seis días y saltar directamente al séptimo día de marcha alrededor de Jericó? indudablemente habrían perdido la posibilidad de victoria.
¿Cuántas veces le rogamos al Señor que nos guíe, pero dudamos en obedecer? Vivir por fe puede parecer difícil cuando aquello que sucede a nuestro alrededor no parece «lógico» desde el punto de vista del mundo. En esos casos debemos mantenernos confiados en el poder ilimitado de Nuestro Padre, porque nos ayudará a obedecer Su voluntad, pero sobre todo a entenderla. Bendiciones! 

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