El libro de Joel.


Queridos amig@s! Continuamos con nuestro estudio bíblico. Hoy les hablamos del libro de Joel, este es un breve libro profético del Antiguo Testamento que predice el derramamiento del Espíritu de Dios, profecía que se cumplió varios siglos después en el Día de Pentecostés (Jl 2.28-32; Hechos 2.14-21). El libro tiene como título el nombre de su autor.

Estructura Del Libro

El libro de Joel se divide en dos partes bien definidas. El criterio básico de la división es la mención de 'el Día de Jehová'. En la primera parte se toma a este día como algo que ya ocurrió, mientras que en la segunda parte se trata de algo futuro. La primera parte (1.1-2.27) describe una plaga de langostas e interpreta su significado. La imagen de las langostas parece referirse a un ejército extranjero invasor. Luego describe con realismo la manga que avanza primero sobre el campo (1.2-12) y después contra la ciudad (2.1-11), destruyéndolo todo, hasta que no queda ni con qué hacer las ofrendas rituales (1.8-10). Joel interpreta esta señal como un llamado al arrepentimiento (1.13, 14) en vista del DÍA DE JEHOVÁ que se aproxima (1.15; 2.12-17) y que será terrible (2.16-20). Si el pueblo se arrepiente, ayuna y ora, Dios no desoirá su clamor, 'se arrepentirá' (es decir, no persistirá en destruir) y hará volver la prosperidad (2.18-25).

La segunda parte (2.28-3.21) tiene un profundo contenido escatológico y apunta al futuro con un encendido lenguaje apocalíptico. Es una visión del porvenir, que describe: (1) un derramamiento intenso del Espíritu sobre todo el pueblo (2.28-32; cf. 3 en el texto masorético), y (2) la destrucción de los enemigos de Israel que es descrita en colores apocalípticos, y la restauración del pueblo de Dios 3.1-21; capítulo 4 en el texto masorético. En vista de que la primera parte parece describir un hecho histórico concreto y la segunda es una profecía del fin, algunos críticos han concluido que se trata de dos porciones, correspondientes a distintos autores y épocas. Pero eruditos más recientes han afirmado la unidad del libro.

JOEL:

I. El Día del Señor en el pasado 1.1-20

A. El pasado día de la langosta 1.1-12

Un bosquejo para el estudio y la enseñanza

B. El pasado día de la sequía 1.13-20

II. El Día del Señor en el futuro 2.1-3.21

A. El Día venidero del Señor 2.1-27

1. Profecía sobre la invasión venidera de Judá 2.1-11

2. Promesa condicional de la salvación de Judá 2.12-27

B. El Día definitivo del Señor 2.28-3.21

1. Sucesos finales antes del terrible Día del Señor 2.28-32

2. Suceso del terrible Día del Señor 3.1-21

a. Juicio sobre los gentiles 3.1-17

b. Restauración de Judá 3.18-21

Autor Y Fecha

El autor fue Joel (1.1), un profeta de Judá, que predicó en Jerusalén y que al parecer era versado en la literatura profética precedente y contaba con un notable discernimiento espiritual.

El libro es difícil de fechar porque refleja algunas condiciones que corresponden a épocas de antes del cautiverio, y otras propias de un período posterior. La tradición lo consideraba como la más antigua obra profética escrita que se haya conservado, y lo ubicaba durante la infancia de Joás, en el siglo IX a.C. Sin embargo, hay que considerar seriamente la similitud del concepto de Joel del 'Día de Jehová' con el vocabulario del profeta Sofonías (Jl 2.2; Sof 1.14-16). Sofonías profetizó durante el reinado de Josías de Judá (640-609 a.C.). Por lo tanto, esta también parece ser la fecha más problable del libro de Joel.

Marco Histórico

Si Joel escribió su libro allá por el 600 a.C., tiene que haber vivido en los frenéticos postreros años de Judá. Quizás ya el ejército de Babilonia había destruido a Jerusalén y se había llevado cautivos a los ciudadanos más importantes. De todos modos, su contenido indica un tiempo de crisis nacional total, especialmente en lo espiritual. La comunidad había pasado por un tiempo de destrucción y humillación generalizada. A la pobreza material se agregaba la indigencia espiritual y moral. La situación religiosa era crítica. Joel no ve otra posibilidad que una renovación profunda en la relación del pueblo con Jehová.

El tono de Joel es pastoral y conciliador. El eje de su profecía consiste en una liturgia de lamento, una expresión de confianza en que el resultado final de la situación de crisis está en las manos de Dios, que es compasivo y fiel.

Aporte a La Teología

El libro de Joel es importante porque muestra que un mensaje de Dios muchas veces puede venir empaquetado en la forma de un desastre natural. La verdad del libro tiene sus raíces en la desastrosa plaga de langostas que Joel describe con vívido lenguaje. El profeta nos enseña que el Señor puede valerse de un desastre natural para llevar a su pueblo a una renovada percepción de su voluntad. Cualquier desastre natural (inundación, fuego, huracanes, terremotos) puede llevar a la persona sensible a prestar de nuevo atención a las palabras del Señor.

Otros Puntos Importantes

Los valores de este pequeño libro son notables en distintos sentidos. La precisión de las descripciones y lo vívido de las figuras, la cualidad poética y la habilidad artística del autor (como al ilustrar con el fenómeno dramático de la langosta los hechos sobrenaturales del 'Día de Jehová') han llamado profundamente la atención de los estudiosos.

Pero su importancia principal es la de ser precursor de la literatura apocalíptica. Los hechos históricos son proyectados sobre una pantalla final: las langostas son una representación de los poderes que oprimen al pueblo de Dios. Joel no condena al pueblo por su pecado ni afirma que su situación de opresión presente es el resultado de su maldad. En la mente de Joel, el problema no está en los pecados de Judá sino en la crueldad y maldad de otras naciones en contra de Judá. La restauración de los campos arrasados es una imagen de la recuperación de la original armonía de la creación y de su perfección en el reino venidero (3.17, 18; cf. Jn 4.14; Ap 22.1, 2). El futuro traerá la reivindicación del pueblo de Dios y la destrucción de sus enemigos (3.9-17; cf. Ap 14.4-20). Considerados aisladamente, estos pasajes pueden sugerir un estrecho nacionalismo, pero en la totalidad de la revelación, atestiguan el triunfo final de la justicia divina y la derrota de las fuerzas del mal: esta es la confianza que sostiene a la fe.

Pero es la promesa del derramamiento del Espíritu la porción más apreciada de Joel. El 'Día de Jehová' no se caracterizará simplemente por hechos espectaculares, sino por la efusión del Espíritu de Dios sobre todo su pueblo.

El Nuevo Testamento se apropia esta promesa: la iglesia primitiva ve con razón en PENTECOSTÉS el cumplimiento de ella (2.28, 29, 32; cf. Hch 2.16-21, 32, 33). El Espíritu es, a su vez, la señal y confirmación de esa otra promesa que Joel vio: el Día del Señor, Día de Juicio y restauración, que la Iglesia heredera del Antiguo Testamento espera.

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