El libro de Jonás.

Queridos amig@s! Continuamos con nuestro estudio bíblico hoy les hablamos del libro de Jonás, que entra dentro del conjunto llamado profetas menores.

Este, sin embargo, difiere totalmente de los escritos proféticos. No es profético en el sentido en que se suele hablar de los demás libros de este género, que son una colección de oráculos proféticos.

Estructura Del Libro

El libro de Jonás se presenta más bien como una sencilla narración de la comisión de Dios al profeta. Para eludir el encargo de ir a predicar a Nínive, capital de Asiria, Jonás se embarca en Jope rumbo a Tarsis. Una vez en camino a esta ciudad, convencidos los tripulantes (por las suertes echadas y la confesión del propio Jonás) de que Jonás es la causa de la súbita tempestad que los asalta, arrojan al mar al profeta y el mar se calma inmediatamente (1.1-15). Un gran pez se lo traga y pasa en el vientre del animal tres días (2.1-10), tras los cuales lo vomita en tierra firme (2.10).

Después de una segunda comisión divina, JONÁS va a Nínive y predica (único oráculo profético). La conversión de la ciudad es total (3.1-10).

Enojado por la conversión de Nínive, Jonás llega hasta desear la muerte. Para enseñarle una lección, Jehová preparó una calabacera que protegiera del sol al profeta, pero después envió un gusano que la destruyera. Un viento cálido del este se sumó a la agonía del profeta, quien gimió y deseó aun más la muerte. Dios entonces le recordó que Él era un Dios de compasión y que tenía derecho a amar y perdonar a los asirios (4.1-11).

El libro ha recibido las más variadas interpretaciones en cuanto a su carácter. Dos corrientes permanecen frente a frente: la literal (histórica) y la parabólica (didáctica). Tradicionalmente el libro se ha interpretado en el primer sentido, al pie de la letra, como la historia de la misión de Jonás y sus resultados. Jonás sería el mismo que profetizó en tiempos de Jeroboam II (siglo VIII a.C.), el cual es mencionado en el encabezamiento del libro (1.1). Para decir esto se basan en (1) la tradición judía y patrística; (2) las alusiones que Jesús hizo de la vida de Jonás (Mt 12.40 y Lc 11.30); (3) el hecho de que el libro se escribe como una historia, incluyendo muchos detalles geográficos, topográficos e históricos; (4) si no es histórico no hay razón para atribuir los sucesos al profeta Jonás; (5) si es una parábola, es extraño que sea tan larga y que no incluya más indicación o explicación de su moraleja.

Hoy, sin embargo, muchos han abandonado la interpretación histórica, lo cual no significa negar la inspiración del libro, ni el elemento sobrenatural en las Escrituras. Es una cuestión literaria. Entre las razones de esta interpretación no histórica se dan: (1) el extraño matiz de los milagros (la tempestad repentina, la calma renacida después de caer Jonás al mar, el gran pez, el retorno a la playa, la súbita conversión de aquella gran ciudad, la calabacera que crece en una noche y en otra se seca); (2) aunque se ven ciertos paralelos con la misión de Elías y Eliseo (1 R 17.9ss; 2 R 5.1ss), el relato no se incluye en los libros históricos; más bien parece una parábola dramatizada, al estilo del rico Epulón y el mendigo Lázaro (Lc 16.19-31); (3) es cuestionable el gran tamaño de la ciudad que se refleja en 3.3; y (4) la falta de indicios o pruebas de una conversión masiva en Nínive.

Hay que reconocer que las alusiones de Jesús, aunque significativas, no comprueban la historicidad de Jonás, pues Jesús no se pronunció al respecto. Pero los argumentos contra la interpretación histórica tampoco son determinantes. En cuanto a los milagros, se ven muchos en la Biblia, especialmente en el tiempo de Elías y Eliseo, los profetas más cercanos a Jonás en trasfondo, misión y tiempo.

La cuestión del pez se ha discutido mucho. Han circulado varios relatos de sucesos modernos semejantes (con varios grados de confiabilidad). Quizás el más importante se encuentra en Princeton Theological Review XXV (1927), p. 636, donde se relata la experiencia de una persona rescatada tres días después de ser tragado por un mamífero marítimo.

En cuanto a la conversión masiva, algunos la ven relacionada con las reformas religiosas de Adad-Nirari III.

Respecto al tamaño de la ciudad, los arqueólogos indican que la ciudad (destruida en 612) pudo tener una población hasta de ciento setenta y cinco mil personas.

JONÁS:

I. La primera comisión de Jonás 1.1-2.10

A. La desobediencia al primer llamado 1.1-3

Un bosquejo para el estudio y la enseñanza

B. El juicio sobre Jonás 1.4-17

1. La gran tormenta 1.4-16

2. El gran pez y la gran salvación de Jonás 1.17

C. La oración de Jonás 2.1-9

D. La liberación de Jonás 2.10

II. La segunda comisión de Jonás 3.1-4.11

A. La obediencia al segundo llamado 3.1-4

B. El arrepentimiento de Nínive 3.5-10

1. El gran ayuno 3.5-9

2. La gran salvación de Dios en Nínive 3.10

C. La oración de Jonás 4.1-3

D. Dios reprende a Jonás 4.4-1

utor Y Fecha

El relato no indica quién sea el autor. Jonás es mencionado siempre en tercera persona. Hoy día es frecuente considerar inválida la teoría que afirma que el mismo profeta mencionado en 2 R 14.25 escribió el libro que lleva su nombre. Se dan para ello las siguientes razones: (1) los arameísmos, (2) las señales de hebreo tardío y (3) el mensaje central del libro. Sin embargo, ninguno de los argumentos es conclusivo. Se reconoce cada vez más que muchos arameísmos ya se estaban introduciendo en el hebreo del norte desde el tiempo de David. Además, hay un énfasis universalista incluso en el siglo VIII a.C. (Is 2.2s).

Muchos eruditos se inclinan por una fecha tardía, en la época posterior al cautiverio (587), probablemente en el transcurso del siglo V a.C. Pero muchos lo fechan antes del cautiverio, ca. 760 a.C.

Marco Histórico

El profeta Jonás probablemente visitó Nínive durante los días gloriosos del Imperio Asirio. Como del 885 al 665 a.C., los asirios dominaron el mundo antiguo. Numerosos pasajes del Antiguo Testamento hablan de hostigamiento de fuerzas asirias contra Judá e Israel durante esos años. Allá por el año 841 a.C., Jehú, rey de Israel, se vio obligado a pagar tributo a Salmanasar III de Asiria. Este tipo de acoso continuó por más de un siglo, hasta que Israel por fin sucumbió ante las fuerzas asirias cerca del año 722 a.C. Jonás no quería ir a Nínive, capital del cruel enemigo asirio, y mucho menos que se arrepintieran y recibieran el perdón de Dios.

Cuando Jonás por fin obedeció, los de Nínive se arrepintieron, tal como lo temía el profeta. Algunos eruditos relacionan la conversión masiva de Nínive con las reformas religiosas de Adad-Nirari III (rey asirio, 811-783).

Aporte a La Teología

La enseñanza del libro de Jonás es una de las más elevadas del Antiguo Testamento. El tema central es la universalidad de la salvación de Dios, su amor y providencia generosa, la cual no es patrimonio exclusivo de ningún pueblo, ni siquiera el israelita. Este designio universal de la salvación divina se opone al exclusivismo en que cayó la comunidad judía. En este sentido, el libro de Jonás se suma a Isaías 19.23-25 y al libro de Rut. La resistencia de Jonás primero y después su tristeza por la conversión de Nínive, que impidió temporalmente el cumplimiento del juicio de Dios, representan claramente la idea del particularismo judío.

Por otra parte, el libro nos enseña que aun los más categóricos vaticinios de Dios contra los pueblos que no son judíos manifiestan la voluntad misericordiosa de Dios. Él solo espera alguna muestra de arrepentimiento para dar su perdón, porque también a los gentiles les es concedida la posibilidad de la conversación. Con Jonás estamos a un paso del evangelio.

Otros Puntos Importantes

Demasiada atención se le ha dado al 'gran pez' (1.17) que se tragó a Jonás y lo vomitó después en la costa. No resolvemos nada discutiendo si un pez puede tragarse a un hombre ni si una persona puede permanecer viva tres días en el vientre de tal criatura. El asunto de esta parte de la historia es que Dios obró un milagro para preservar la vida de su profeta de manera que este pudiera lograr que Nínive cumpliera las órdenes de Dios. El pasaje establece que Dios 'tenía preparado' específicamente este pez para tal propósito (1.17). Otros milagros que Dios 'tenía preparado[s]' para enseñar a Jonás su propósito para la ciudad de Nínive fueron la calabacera (4.6), la enfermedad y sequía de la planta (4.7) y el viento solano que añadió miseria a Jonás.

Algunos lectores de la Biblia insisten en interpretar este libro como una alegoría o una parábola. Sin embargo, esos enfoques pasan por alto la propia interpretación literal de Jesús acerca de Jonás. Hablando de su muerte y resurrección, Jesús declaró: 'Porque como estuvo Jonás en el vientre del gran pez tres días y tres noches, así estará el Hijo del Hombre en el corazón de la tierra tres días y tres noches' (Mt 12.40; también Lc 11.29-32). Por tanto, el libro de Jonás es mucho más que una historia de un pez. Es un recuento maravilloso de la gracia de Dios que eleva nuestra mirada a la más grandiosa historia de amor de todas: la muerte de su Hijo Jesucristo por los pecados del mundo. 

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