Reflexión semanal.
Queridos amig@s! En el libro de Hechos capítulo 14 el apóstol Pablo fue apedreado por un grupo de judíos, quienes luego lo pusieron fuera de la ciudad y lo dejaron ahí dándolo por muerto. La fortaleza humana de Pablo había llegado a su fin y no podía hacer nada en esas condiciones.
Pero los discípulos vinieron, lo rodearon y oraron por él, y el Señor lo levantó; y Pablo pudo seguir adelante. En otras palabras, cuando Pablo no le quedaba ninguna fuerza humana para poder hacer algo, el poder de Dios que obra milagros fue suficiente para él y lo hizo vencedor en esa situación.
Con éste ejemplo les quiero dar ánimos hoy, si están haciendo frente a alguna adversidad, si están enfermos y la medicina de nada ha servido, si tienen problemas económicos, si se sienten que han llegado al fin de sus fuerzas sin poder lograr nada... entonces ¡no se sientan vencidos! Porque cuando las fuerzas humanas llegan a su fin, el poder de Dios se puede manifestar. Solamente necesitamos creer y la gracia de Dios nos sostendrá. El Señor pondrá en nuestro camino a las personas o situaciones necesarias para que nos levantemos y podamos seguir adelante. Por favor, mediten en éste versículo:
Mateo 6:25
«Por tanto os digo: No os afanéis por vuestra vida, qué habéis de comer o qué habéis de beber; ni por vuestro cuerpo, qué habéis de vestir. ¿No es la vida más que el alimento, y el cuerpo más que el vestido?»