El Cantar de los cantares.


Queridos amig@s! Continuamos con nuestro estudio bíblico hoy les hablamos del libro del Cantar de los Cantares (o sea, la mejor de las canciones). En Israel, como en otras culturas, el amor erótico inspiró mucha de la mejor poesía. Desde la antigüedad, los judíos han leído Cantares en la Fiesta de la Pascua.

Autor Y Fecha

Cantares es 'de' Salomón según el título (1.1), y el nombre de este rey también aparece en 1.5; 3.7, 9, 11; 8.11, 12; cf. 1 R 4.32. Pero la palabra hebrea traducida 'de' también puede significar 'para', 'a', 'en cuanto a', 'según la tradición de', 'dedicado a', etc. Pocas autoridades modernas sostienen que Salomón sea el autor. La mayoría fecha el libro después del cautiverio, o sea, en el siglo V o IV a.C. Recientemente se ha sugerido una redacción ulterior de material salomónico ca. 600 a.C. Es difícil reconciliar la unidad de estilo que el mismo libro manifiesta con las diversas fechas que podría sugerir un examen lingüístico. Sin embargo, como ni el tema ni el mensaje se relacionan con ninguna época determinada, la interpretación del libro no exige una ubicación cronológica precisa.

Cantares:

I. El comienzo del amor 1.1-5.1

A. El enamoramiento 1.1-3.5

Un bosquejo para el estudio y la enseñanza

1. La novia anhela afecto 1.1-8

2. Expresiones de amor mutuo 1.9-2.7

3. Visita del rey a la casa de la novia 2.8-17

4. La novia sueña con la separación 3.1-5

B. Unidos en amor 3.6-5.1

1. Procesión nupcial 3.6-11

2. Se alaba la belleza de la novia 4.1-15

3. Se consuma el matrimonio 4.16-5.1

II. El amor se extiende 5.2-8.14

A. La lucha en el amor 5.2-7.9

1. El segundo sueño de separación de la novia 5.2-8

2. Se alaba la belleza del novio 5.9-6.3

3. Se alaba la belleza de la novia 6.4-7.9

B. El crecimiento en el amor 7.10-8.14

1. El deseo de la novia de visitar su casa 7.10-8.4

2. Viaje y regreso a casa 8

Otros Puntos Importantes

Cantares se ha interpretado de las más diversas maneras.

Interpretación alegórica

Los rabíes y casi todos los Padres de la iglesia veían en Cantares una alegoría. Para los rabíes, se trataba del amor entre Jehová e Israel; para los Padres representaba el amor entre Cristo y la Iglesia. Y es innegable que las Escrituras emplean la figura del matrimonio para simbolizar la relación entre Jehová y su pueblo. Sin embargo, este libro carece de carácter alegórico. Además, esta interpretación resulta problemática cuando se examinan los detalles de muchos versículos, pues deja a la imaginación del lector el significado de los pormenores. Los comentarios escritos desde este punto de vista valen poco como interpretación, pero a veces son riquísimos en sugerencias para la aplicación de los textos.

Varios evangélicos del siglo pasado y muchos autores católicos sostienen esta interpretación. Las interpretaciones parabólicas y tipológicas de ciertos evangélicos contemporáneos pueden considerarse como variantes de la interpretación alegórica, puesto que según ellas el mensaje básico del libro es espiritual.

Interpretación literal

Teodoro de Mopsuestia (m. 428 d.C.) interpretó Cantares literalmente como una colección de canciones de amor. Rechazada por herética durante siglos, esta interpretación ha llegado a prevalecer entre los estudios contemporáneos del libro. Antes la interpretación literal asustaba a muchos, porque no entendían bien la enseñanza bíblica en cuanto a la santidad y la hermosura del amor físico en el matrimonio. Esta incomprensión explica que algunos autores católicos se hayan esforzado por encontrar en Cantares un sentido mariológico.

El lenguaje de Cantares bien puede aludir a ceremonias litúrgicas y a bodas a la manera antigua. Pero tales alusiones no bastan para interpretar todo el libro en función de una liturgia pagana o de costumbres folklóricas sirias en las cuales se festejaba a los nuevos esposos como reyes durante una semana, como alegan algunos eruditos.

Entre los que interpretan Cantares literalmente hay más de una manera de bosquejar el libro. Algunos ven tres personajes importantes: 1) la amada, 2) el amado, un pastor, y 3) Salomón. Según esta interpretación, Salomón lleva a la sulamita a su palacio y trata de ganar su amor (1.9-11; 3.6-4.7; 6.4-10; 7.1-9), pero ella solo puede pensar en su verdadero amado (1.2-8) y en su regreso (2.8-3.5; 4.8-5.1); durante la separación sueña con él (5.2-16). La sulamita se mantiene fiel, la liberan del palacio de Salomón y vuelve al lado de su amado (8.5-14).

La interpretación más aceptada ve solamente dos personajes importantes: Salomón, quien es el amado, y la sulamita, quien es la amada. Esta se encuentra en el jardín de Salomón y expresa el anhelo y la satisfacción de su amor (1.2-2.7). En el siguiente pasaje (2.8-3.5) se relata una visita del amado y un sueño de la amada. Sigue una procesión de Salomón llena de esplendor y cantos de amor (3.6-5.1). La amada describe un sueño, según el cual perdía a su amado pero lo encontraba de nuevo (5.2-6.9). Luego la novia amada es admirada por sus compañeras y su amado (6.10-8.4). Al fin, la amada y el amado conversan sobre su amor (8.5-14).

Aporte a La Teología

A través de los siglos, Cantares ha testificado de la gloria del amor conyugal, puro y fiel. Mil años de deificación del sexo en los cultos obscenos paganos del Cercano Oriente antiguo no pudieron ahogar este testimonio. Dos mil años de represión del instinto sexual en el cristianismo helenizado tampoco pudieron apagarlo, 'porque fuerte es como la muerte el amor' (8.6, 7).

Cantares es la celebración del amor por la vida expresado en la relación matrimonial. Hombre y mujer alternan libremente sus cantos para afirmar el ser de la amada o del amado según sea el caso. Cada uno da al otro con generosidad, sin avaricia ni codicia. La estética es el vehículo que el autor, mediante los cónyuges, usa para hacernos participar de la intimidad y trasparencia de la entrega mutua de dos personas.

La experiencia de darse implica una serie de tensiones muy profundas, como la tensión entre cercanía y distancia. Cantares presenta esa tensión al acentuar durante toda la narración la alternancia entre el gozo de compartir momentos juntos (3.4) y la ansiedad y expectativa de la espera y del encuentro (5.8). Cuando se produce el reencuentro, la cercanía se transforma en fiesta y en afirmación de la integridad de cada uno de los cónyuges. Por eso en Cantares los esposos se buscan, se encuentran, se vuelven a perder y esa dinámica va creando una emoción por el encuentro que abre la puerta para que se vean cada vez como personas nuevas, frescas.

¿Puede hacerse teología con estos elementos? Sí, y en un sentido todo lo anterior es ya teología. Pero podemos preguntar aun más: a la luz de este encuentro con el amor de una pareja tal y como lo presenta Cantares, ¿qué podemos aprender de Dios? Aprendemos que no podemos amar a Dios de una manera diferente de cómo nos amamos unos a otros. La madurez de nuestro amor hacia Dios reside en cómo amamos a las demás personas (1 Jn 4.19-21). No hay dos amores: uno hacia Dios y otro hacia los demás. Amor solo hay uno y así como lo vivimos diariamente es cómo se lo damos a Dios.

Cantares es también, por su contenido tan profundamente humano, una metáfora de Dios y de Dios como gracia. La relación entre Dios y el ser humano es un proceso de cercanía y distancia en el cual nos vamos encontrando frescos y renovados cada vez, listos a compartir la vida que vamos haciendo. Dios nos ama e interactúa con nosotros para que podamos darnos a él y a los demás con libertad, como un don, de la misma manera en que Dios mismo se donó en Jesucristo.

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