Reflexión diaria.


Queridos amig@s! Estudiando la biblia entendí que el Señor valora la sabiduría. Él quiere que veamos la vida desde su perspectiva, y que evaluemos todo según sus preceptos.

¿Cómo podemos adquirir esa sabiduría que Dios nos ofrece? La respuesta es obvia: debemos buscarla. Les aseguro: no es fácil… las personas que quieren tener sabiduría hacen muy poco para lograr alcanzarla. La sabiduría debe ser buscada incansablemente en sus fuentes.

Para mí la primera fuente es la Biblia. El libro de Proverbios nos enseña que debemos prestar atención a las palabras de vida del Señor, y guardar sus mandamientos en nuestro corazón. La única manera de conocer la perspectiva correcta, la que nos enseña Jesucristo, es leer y aplicar sus principios. 

Otra fuente de sabiduría es el consejo de personas con más experiencia, personas que tienen una relación con el Señor más antigua que la nuestra y nos dan consejo, estímulo, entendimiento... En el libro de Proverbios, quienes ignoran las palabras del justo son llamados “insensatos”. No seamos insensatos. Busquemos personas que también buscan la sabiduría como su tesoro y aprendamos con ellas. 

Nuestro Padre celestial nos garantiza que quienes busquen la sabiduría, la encontrarán.

Los creyentes tenemos un tesoro incalculable: conocimiento, discernimiento y prudencia, riquezas poco comunes en este mundo moderno. ¡Debemos compartirlas! 

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