Los libros de 1 y 2 de Reyes.

Queridos amig@s! Hoy en nuestra sección de estudios bíblicos hablaremos de los dos libros de Reyes, estos son dos libros del Antiguo Testamento que registran la historia del pueblo de Dios durante cuatro turbulentos siglos, desde 970 a 586 a.C. La narración en estos libros de historia está organizada alrededor de los varios reyes que gobernaron durante ese período, y de ahí el nombre por el que se conocen.

En el canon hebreo estos libros son uno solo y se les llama Melaquim (Reyes). En la Septuaginta, donde se hizo la división en dos, se les llamó 3 y 4 Reyes (en la Septuaginta 1 y 2 S se llamaban 1 y 2 R). Una buena parte de los especialistas del Antiguo Testamento sostienen que estos libros forman parte de un conjunto que incluye Josué, Jueces y 1 y 2 Samuel, y que proceden de un autor o escuela de autores que se han designado con el nombre de 'deuteronomista/ deuteronomistas' o la 'historia deuteronomista', debido a que su principal influencia procede del libro del Deuteronomio (que se supone generalmente haya sido el libro que encontró Josías, 2 R 22). Esta hipótesis fue formulada primeramente por Martín Noth (1902-1968) por la década de los cuarenta y ha sufrido ulteriores elaboraciones.

PRIMERO DE REYES:

Un bosquejo para el estudio y la enseñanza

I. Se proclama a Salomón como rey 1.1-2.46

Primera parte: El reino unido (1.1-11.43)

II. La prosperidad de Salomón como rey 3.1-8.66

III. La decadencia de Salomón como rey 9.1-11.43

I. La división del reino 12.1-14.31

Segunda parte: El reino dividido (12.1-22.53)

II. El reinado de dos reyes en Judá 15.1-24

III. El reinado de cinco reyes en Israel 15.25-16.28

IV. El reinado de Acab en Israel 16.29-22.40

V. El reinado de Josafat en Judá 22.41-50

VI. El reinado de Ocozías en Israel 22.51-53

Estructura de Los Libros

Aunque el bosquejo que presentamos de cada uno de estos libros es algo diferente, los dos en conjunto pueden dividirse en tres partes: (1) la muerte de David y los tiempos de Salomón (1 R 1-11); (2) Los dos reinos hasta la caída de Israel en 722 a.C. (1 R 12-2 R 17) y (3) Judá hasta la caída de Jerusalén en 586 a.C. (2 R 18-25).

Durante el período de los dos reinos, la historia de cada rey tiene, con algunas variaciones, la siguiente estructura: (1) una sincronización del momento de ascenso al trono de los respectivos reyes en ambos reinos, (2) la duración de cada reinado, (3) un juicio sobre el rey; (4) una alusión a la fuente de información y (5) una mención de la muerte del rey y del nombre del sucesor. Se pueden ver tres distintos períodos con respecto a las relaciones entre los dos reinos: (1) hostilidad, desde Jeroboam hasta Omri (1 R 12-16); (2) amistad, desde Asa y Omri hasta Ocozías y Joram (1 R 16-2 R 8), y (3) relaciones tirantes, desde Atalía y Jehú hasta la caída de Samaria, 722 a.C.

El autor de Reyes usa varias fuentes: 'el libro de los hechos de Salomón' (1 R 11.41), 'las crónicas de los reyes de Israel' (14.19), 'las crónicas de los reyes de Judá' (1 R 14.29), y otras más que aparecen implícitas. Algunas eran registros o anales oficiales de los reyes, pero el juicio negativo sobre muchos reyes, el énfasis profético y la posición de Reyes entre los 'Profetas Anteriores' en la Biblia hebrea sugieren que la recolección de datos y la selección de fuentes eran obra de PROFETAS (Lc 1.1-4).

Otras posibles fuentes serían: (1) una 'narración de sucesión', que es la base de 2 S 9-20 y que se prosigue en 1 R 1-2; (2) entre las fuentes proféticas, el 'ciclo de Elías' (1 R 17.19, 21 y 2 R 1.2-17), el 'ciclo de Eliseo' (2 R 2.10.36 y 13.14-21, la tradición sobre 'Ahías silonita' (1 R 11.29-39; 12.15; 14.1-18; 15.29), la tradición sobre Micaías (1 R 22) y la tradición sobre Isaías (2 R 18-20.19, cf. Is 36-39).

SEGUNDO DE REYES:

I. El reinado de Ocozías en Israel 1.1-18

II. El reinado de Joram en Israel 2.1-8.15

III. El reinado de Joram en Judá 8.16-24

IV. El reinado de Ocozías en Judá 8.25-9.29

Un bosquejo para el estudio y la enseñanza

V. El reinado de Jehú en Israel 9.30-10.36

VI. El reinado de Atalía en Judá 11.1-16

VII. El reinado de Joás en Judá 11.17-12.21

Primera parte: El reino dividido (1.1-17.41)

VIII. El reinado de Joacaz en Israel 13.1-9

IX. El reinado de Joás en Israel 13.10-25

X. El reinado de Amasías en Judá 14.1-22

XI. El reinado de Jeroboam II en Israel 14.23-29

XII. El reinado de Azarías en Judá 15.1-7

XIII. El reinado de Zacarías en Israel 15.8-12

XIV. El reinado de Salum en Israel 15.13-15

XV. El reinado de Manahem en Israel 15.16-22

XVI. El reinado de Pekaía en Israel 15.23-26

XVII. El reinado de Peka en Israel 15.27-31

XVIII. El reinado de Jotam en Judá 15.32-38

XIX. El reinado de Acaz en Judá 16.1-20

XX. El reinado de Oseas en Israel 17.1-41

I. El reinado de Ezequías en Judá 18.1-20.21

Segunda parte: La supervivencia del reino de Judá (18.1-25.30)

II. El reinado de Manasés en Judá 21.1-18

III. El reinado de Amón en Judá 21.19-26

IV. El reinado de Josías en Judá 22.1-23.30

V. El reinado de Joacaz en Judá 23.31-34

VI. El reinado de Joacim en Judá 23.35-24.7

VII. El reinado de Joaquín en Judá 24.8-16

VIII. El reinado de Sedequías en Judá 24.17-25.21

IX. La administración de Gedalías 25.22-26

X. Liberan a Joaquín en B

Autor Y Fecha

No hay indicios de la paternidad literaria de Reyes. Referencias como 1 Reyes 8.8; 9.21; 12.19; 2 Reyes 8.22; 16.6 indican una fecha anterior a la destrucción del templo (586 a.C.), pero el relato de la libertad de Joaquín (562 a.C., 2 R 25.27-30), y los comentarios sobre la destrucción de Jerusalén indican el tiempo del cautiverio. Por eso muchos postulan dos o más ediciones de Reyes; una por un autor deuteronomista allá por el año 621 a.C., otra cerca del 562, y otro retoque posterior. Una tradición judía atribuye Reyes a Jeremías, basada en las semejanzas que hay entre Reyes y la profecía de Jeremías. Véase, por ejemplo, la frecuencia de la frase: 'La palabra de Jehová'. Y aunque la mayoría de las tradiciones judías afirman que Jeremías murió en Egipto, hay una tradición rabínica que asegura que cuando Nabucodonosor conquistó a Egipto (568), llevó al profeta a Babilonia. En tal caso, Jeremías habría tenido casi cien años de edad al escribir Reyes. El autor del libro, tal como lo tenemos hoy, podría haber sido un contemporáneo de Jeremías, quien tenía la misma preocupación por la desobediencia de Israel.

Marco Histórico

La historia de Reyes abarca unos cuatrocientos años, desde los últimos días de David (971 a.C.) hasta el año 37 del cautiverio babilónico (561 a.C.). Fueron años turbulentos debido a la inestabilidad política provocada por la pugna por la hegemonía sobre la región de las naciones más poderosas. Entre las naciones vecinas que en diferentes ocasiones habían constituido una amenaza para Israel y Judá se encontraban Siria, Asiria y Babilonia.

La amenaza asiria fue particularmente fuerte durante los últimos cincuenta años de Israel. Bajo Tiglat-pileser III, esta agresiva nación lanzó tres devastadoras campañas contra Israel en 734, 733 y 732 a.C. Fueron golpes de los que Israel jamás se recobró, y la nación sucumbió antes los ejércitos asirios diez años más tarde, en 722 a.C.

Si bien Siria y Asiria fueron amenazas para Judá en varias ocasiones, su peor enemigo resultó ser Babilonia. Los babilonios se llevaron cautivos y bienes de Jerusalén en tres campañas (en 605 y 597 a.C. y en un sitio de dos años que comenzó en 588 a.C.). Jerusalén por fin cayó en 586 a.C. El templo fue destruido y miles de los más prominentes ciudadanos fueron llevados cautivos a Babilonia.

Aporte a La Teología

En Reyes se ve un fenómeno extraordinario: una preocupación por los datos históricos exactos, que hace que esta obra sea quizá la mejor historiografía de aquellos remotos tiempos. Los datos tienen un propósito didáctico: demostrar la acción de Dios en la historia y la relación que Dios tiene con su pueblo. El autor demuestra que el destino de la nación hebrea depende de su fidelidad a Dios y que todos los males que han venido sobre Israel y Judá son efecto de su infidelidad (2 R 23.27). Con un enfoque semejante al de Deuteronomio, enseña que el camino de la prosperidad y la bendición es la obediencia a la Ley de Jehová. Juzga a cada rey según su fidelidad a la Ley Mosaica y al culto en Jerusalén.

El libro de Reyes es una interpretación teológica de la historia de Israel y Judá. El autor no intenta tocar las actividades políticas como tales, sino la función de la palabra de Dios en la historia. La historia del pueblo escogido consiste en una serie de profecías y su respectivo cumplimiento. La palabra de Dios es palabra de juicio y de salvación. Israel y Judá sufrieron castigo por su infidelidad al pacto de Jehová con Israel. Pero Dios no permitirá su aniquilación completa. Según el pacto davídico, la línea real seguirá (MESÍAS). Habrá una salvación gloriosa, aunque en algunos pasajes esta esperanza reside en un remanente. (Esto se ve aun en las narraciones de Elías y Eliseo). Para disfrutar de esta salvación, Israel tiene que volver a Jehová.

En la teología de Reyes hay la tensión dialéctica entre el juicio y la salvación, entre una visión pesimista y otra esperanzada de la historia. La única vía de salvación consistía en la aceptación de lo justo del castigo divino mediante el arrepentimiento de la nación. En definitiva, el énfasis sobre el arrepentimiento, como lo señala G. von Rad, es un índice para la esperanza del pueblo, al describirse cuarenta y cinco ejemplos de profecías cumplidas, basadas en promesas hechas a David y su descendencia.

Otros Puntos Importantes

En Reyes abundan los datos cronológicos. El autor se preocupa especialmente por sincronizar la historia de los dos reinos. Aparecen muchas discrepancias, como la suma de los años de Atalía al año seis del reinado de Ezequías es ciento sesenta y cinco años, pero la suma de los años indicados para el mismo período en Israel es ciento cuarenta y tres años. Anteriormente muchos críticos las señalaban como indicación del carácter ficticio de Reyes. Otros más cautelosos han sugerido que, si se conocieran los sistemas de cómputo usados, podrían resolverse muchas de las discrepancias.

Los estudios que se han efectuado indican los diferentes sistemas de cálculos y sincronizaciones que se emplearon. Había dos sistemas para calcular el año; uno partía desde el mes de tishri (septiembre), y el otro desde nisa?n (marzo). Además, había dos sistemas para contar los años de un reinado: uno llamaba primer año del rey al año de su ascensión al trono, y el otro empezaba a contar los años desde el segundo año nuevo. Si se toma en cuenta que los que llevaban los registros (probablemente círculos proféticos) en Israel y en Judá usaban diferentes sistemas y aun cambiaban sistemas durante su historia, y que hubo varios casos de corregencias, se puede ver cuán difícil es sincronizar los datos. Hoy día se reconoce, más bien, que lo sorprendente no es el desorden de los datos sino la gran exactitud con que se han conservado.

Todavía falta la solución de unos pocos problemas cronológicos, pero cada vez existe más ayuda de parte de la arqueología. Los anales de Asiria, Babilonia y Egipto mencionan muchos de los nombres y sucesos de Reyes y establecen sincronizaciones exactas con la historia secular.

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