Reflexión diaria.



Queridos amig@s! Parece ser algo normal sentirnos de alguna manera abrumados en algún momento de nuestras vidas, a todos nos ocurre. Existen tiempos en los que nos ponemos más presión para hacer que todo, a pesar de que no parezca la mejor opción, encaje en el lugar que queremos, sólo porque es nuestra voluntad.

Podemos tener esa sensación, en el trabajo, en nuestras relaciones con los demás en nuestro día a día. Sintiendo esa presión nos sentimos agotados, cansados, con el deseo de detener el tiempo y escapar para tomar un respiro y buscar nuevas energías.
Cuando esto sucede, es señal de que la falta de paz en nuestro espíritu es la causa principal de nuestra fatiga. Tal vez estamos apurándonos en tomar esa importante decisión, o estamos intentando resolver diferentes problemas con soluciones contrarias al mismo tiempo; puede ser que nuestras prioridades  hayan cambiado y ahora debamos reorganizarlas.

Para traer nuevamente paz a nuestra vida, necesitamos por supuesto la fe en que el Señor te guiara a sobrellevar estos obstáculos, pero Él a su vez necesitará de tus obras para llevarnos a puerto seguro. Podemos hacer una lista de prioridades y pensar: ¿Qué debe quedarse? ¿Qué debe irse?

Recordemos que Cristo nos guiará en la dirección correcta siempre que tú inicies el recorrido, dando nosotros el primer paso. Así como el ladrón que viene a robar (Juan 10:10) no seas tú el ladrón de tu propia paz.
Dios ha venido a traernos vida y paz en abundancia siempre y cuando hagamos los cambios en ella para colaborar con su voluntad. 
Hoy puede ser el día para empezar! Bendiciones!

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