Queridos amig@s! Muchas veces lo que pensamos que es una derrota o una decepción, puede ser usado por Dios para premiarnos con una especie de bendición difícil de distinguir. En este versículo que les comparto, Dios se dirige a Elías porque necesitaba salir de su zona de confort para despertar en él una comprensión de su temor por las circunstancias que vivía. Un individuo como él no tenía derecho a estar indeciso y descontento. Si salía afuera y se ponía en el monte delante del Señor en vez de esconderse en una cueva, ¡encontraría nueva inspiración a través de una nueva visión del poder de Dios! El Señor se sirvió de un simple hombre como Elías para hacer grandes cosas por su pueblo, que estaba pasando por una época muy difícil.
Cuando estamos escondidos dejamos de captar las inspiradoras situaciones que Dios cada día pone en el camino de la vida y que son el verdadero apoyo del que tiene esperanza. Debemos salir al sol y ascender al monte si queremos descubrir esas pruebas del poder de Dios que están siempre disponibles para renovar nuestra fe y el fortalecimiento de nuestro carácter, de nuestra confianza y de nuestro valor.
Un ejemplo lo encontramos en la misma naturaleza:
En las praderas norteamericanas, las mariposas se dirigen al oeste en sus migraciones y avanzan sin detenerse aunque el viento esté en su contra y el mar enfrente. Las delicadas mariposas son la muestra de la perfección natural, y la determinación.
Nosotros tenemos que entender que ante cualquier dificultad, Dios estará a nuestro lado, sí Él cuida de la frágil mariposa porque tiene un propósito para ella, ¿cómo no va a cuidar de sus amados hijos?
Pidámosle entonces fuerza para afrontar las dificultades y creer que después de la tormenta llegará la calma.
Dios les Bendiga!