Reflexión diaria.


Queridos amig@s! A veces insistimos en estar bajo nuestra propia prudencia, bajo nuestra propia sabiduría, cuando deberíamos poner nuestros pasos en las manos de Jesucristo para que ordene los mismos, pues sabemos que separados del Padre nada podemos hacer como lo dice Juan15:5 “Yo soy la vid, vosotros los pámpanos; el que permanece en mí, y yo en él, éste lleva mucho fruto; porque separados de mí nada podéis hacer” a veces Dios permite situaciones en nuestras vidas para que podamos hallar nuestro camino o aprender algo, para ser más fuertes, más valientes, con más fe o salvarnos de alguna situación. A veces nos sentimos fracasados cuando no logramos algo, pero lo que no sabemos es que Dios nos tiene preparado algo mejor para nuestras vidas, y nos cierra puertas para abrirnos otras. No nos desesperemos, el tiempo de Dios es perfecto y nuestro Padre nunca se olvida de sus hijos, así que no perdamos la fe y dejemos que Dios ordene nuestros pasos, pensemos en lo que Dios quiere para nosotros. En ocasiones solemos transitar por caminos oscuros sin darnos cuenta que andamos a la deriva, que el camino que tomamos no nos lleva a ningún lugar, que estamos perdidos porque nuestra terquedad y autoconfianza no nos deja vislumbrar todos los caminos. Dejémonos conducir por nuestro guía Divino que es nuestro Padre celestial, él solo quiere acercarse a nosotros para brindarnos su luz y sacarnos de las tinieblas como lo dice Lucas 1:79 “Para dar luz a los que habitan en tinieblas y en sombra de muerte; Para encaminar nuestros pies por camino de paz”. Pongamos todos nuestros pasos, nuestros planes en manos de Dios, nunca empecemos algo sin primero pedir su guía Divina. Si pasamos por alguna situación difícil pidámosle a Jehová que nos ayude y nos muestre el camino de paz, que enderece nuestros pasos para caminar siempre bajo la Gracia del Padre. Confiemos en el Señor, dejémonos conducir por su amor y sabiduría Celestial. Dios les Bendiga!

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