Reflexión diaria
La falta de contemplación nos produce una sensación de insatisfacción. En ocasiones es tanta nuestra ceguera que no alcanzamos a vislumbrar todas las bendiciones que Dios nos obsequia cada día. Hay personas que viven en una constante amargura pensando que nada les sale bien, sufren por la situación y la miseria espiritual que atraviesan, pero no ven todos los milagros que Dios les proporciona cada día. Nos quejamos y nos quejamos, pero tenemos tantas cosas que otros no tienen, y tenemos lo más importante que es la Vida. Cuántas veces nos quejamos de las personas que nos rodean, pues vemos las cosas que hicieron erróneas, pero nos olvidamos de todas las que acertaron. Cuando no contemplamos todo el panorama de nuestra vida, es como saber una verdad a medias, no vemos la realidad que realmente vivimos, solo vemos la realidad que queremos creer, esa que se ve afectada por los sentimientos negativos que estamos sintiendo. Jesús nos enseña a contemplar, a no quedarnos con verdades a medias, a ver más allá del horizonte. ¿Cuántas veces nos ponemos a analizar lo bueno que nos rodea? ¿Cuántas analizamos todas las bendiciones que Dios nos da? Es que no solo puede haber cosas malas en nuestra vida, no todo el mundo puede estar en nuestra contra, si nos sentimos así, es momento de tomar una pausa y analizar la situación, puede que no estamos viendo toda la realidad, o que estemos tomando malas decisiones que nos han llevado hasta esa situación. Es momento de doblar rodillas ante el Padre para que nos ilumine, para que nos ayude a ver nuestros errores, para que abra nuestro ojos y decirle Señor perdóname porque mi ceguera no me dejó ver tus bendiciones, pero ya no quiero andar más en tinieblas, ayúdame a mejorar mi situación, muéstrame los caminos que debemos seguir, y que mi visión nunca sea limitada. Dejemos de quejarnos y andar a oscuras, levantémonos fortalecidos por la fuerza de Dios y empecemos a abrir los ojos a la verdad que nos rodea. Dios nos obsequia innumerables milagros con cada amanecer, no los ignoremos, aprendamos a extraer lo bueno de cada día. Dios les Bendiga!