Reflexión diaria.
Queridos amig@s! Como seres humanos somos resistentes al cambio, nos cuesta mucho salir de nuestra zona de confort para aventurarnos a lo desconocido, preferimos quedarnos en lo que nos parece “estable” sin importar que nuestra vida esté envuelta en rutinas que nos traen descontentos e infelicidad. En ocasiones no estamos conformes con las situaciones que vivimos y quisiéramos arriesgarnos por lo que queremos, quizás buscar un nuevo empleo porque no nos motiva nuestro trabajo. Tal vez deseamos tener un negocio propio, una casa, mudarnos, pedir un ascenso... probablemente nuestro entorno laboral se moderniza y sentimos que nos estamos quedando atrás. Muchas veces lo que nos produce felicidad, estabilidad, y emoción ya no está funcionando, ya no es igual que antes y debemos tomar la decisión de renovarnos de arriesgarnos a ir en busca de eso que anhelamos, y no conformarnos con las migajas que quedaron del pasado. Son tantas las cosas que quisiéramos hacer y no las hacemos porque el miedo nos paraliza y nos vuelve conformistas. Dios siempre quiere el bien para nosotros, Él nos dice que en todo momento será nuestro amparo y nuestra fortaleza. Aunque nuestro suelo se tambalee, Él nos estará sosteniendo con su mano Poderosa para que no caigamos. Entonces, ¿Por qué tener miedo? Si tenemos el apoyo de nuestro Padre Celestial, que todo lo sabe y que todo lo puede, Él ha prometido que nos acompañará en nuestro camino, y nos protegerá de la tormenta. Dios no nos ha dicho que será fácil, pero tampoco que será imposible. A veces no sabemos cuántas cosas buenas Dios nos tiene preparadas al final del camino y nos las estamos perdiendo por el temor a avanzar. Mejorar no es fácil, pero siempre es bueno, podemos mejorar como profesionales pero también es necesario mejorar como personas, si somos capaces de avanzar en nuestra profesión, debemos avanzar también en nuestra fe y en nuestra actitud.
En la Biblia encontramos muchos ejemplos de cambios guiados por Dios, como cuando sacó al pueblo de Egipto y así un sinfín de ejemplos... Necesitamos tener una relación más íntima con Jesucristo, es necesario buscarlo en oración y contarle nuestros problemas e inquietudes para que nos dé la fortaleza y la confianza que transformará nuestras vidas, su palabra nos aconseja, y nos da sabiduría, nos guía; si lo buscas, siempre estará con nosotros acompañándonos. Por este motivo les ánimo a que lean y aprendan más sobre Él. Dios les Bendiga!