Reflexión diaria.



Queridos amig@s! Jesús es el Maestro de maestros, no hay nadie como Él para enseñarnos a vivir bajo el plan de Dios. Desde que nacemos estamos copiando conductas, necesitamos modelos que nos enseñen a adaptarnos en este mundo. Nuestros padres, profesores, amigos y el entorno social que nos ha rodeado desde niños, han influido directa e indirectamente en nuestra personalidad. Los grandes psicólogos y pensadores de nuestra época recomiendan que busquemos personas que se adapten a las cualidades que deseamos para tomarlas como ejemplo en nuestras vidas, no para idolatrarlas sino para buscar aprender de ellas y adaptar esas cualidades a nosotros. Cuando queremos cambiar aspectos en nuestras vidas siempre analizamos los modelos que pueden influir para llegar a formar ese carácter deseado, y no está mal, pues para construir una edificio primero hay que elaborar un modelo, una maqueta que servirá como molde y guía al momento de la construcción. Pero ¿Quién mejor que Jesús que nació y vivió como un hombre cualquiera, que pasó por necesidades, angustias, estrés, fue rechazado, tentado, juzgado, traicionado, perseguido y aun así fue un ser humano sensible, amoroso, que perdonó, que no se dejó llevar por la ansiedad, ni por el estrés del momento, que lloró y que se mantuvo sin pecado toda su vida, para ser nuestro modelo a seguir? Jesús se hizo hombre, nos demostró las verdades, conductas y cualidades que debemos perseguir como humanos, pues toda su vida mostró una conducta perfecta, sin manchas. Jesús era sabio y lo demostró en todo momento en sus pensamientos, palabras y acciones. Jesús nos dejó innumerables enseñanzas, para que aprendiéramos a vivir plenamente. En ocasiones nos fijamos en todos los milagros que Jesús hizo, en su Poder, en el hijo de Dios, pero ¿Nos hemos puesto a analizar su conducta? ¿Cómo pensaba Jesús? ¿Cómo actuaba Jesús? El hijo de Dios vivió una vida relativamente corta, pero dejó huella en la tierra, tanto así que dividió nuestra historia en antes y después de Cristo. Jesús influyó y aún sigue influenciando al mundo, se convirtió en una figura pública y ni aun así se desvió del camino, siempre mantuvo una comunicación con su Padre y nunca dejó de impartir amor. Jesús es nuestro Gran Modelo de vida, aprendamos del Maestro de maestros, y pidámosle que nos enseñe a ser como Él. Dios les Bendiga!

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