Reflexión diaria.
Queridos amig@s! Todos los días somos tentados, nos vemos seducidos por el pecado, ya que a veces las cosas indebidas se nos presentan inofensivas, y decimos: pero si muchos lo hacen y nos le pasa nada, es que de esta forma es más fácil, más agradable, nadie se va a enterar, no es tan malo como parece, estoy cansado se hacer siempre el bien. Pero la decisión está en nosotros, Dios nos ha dotado con poder, amor y dominio propio, pensemos ¿vale la pena ir en contra de mis principios, perder mi paz y mi tranquilad, alejarnos de la ley Dios, y sentirnos indignos de Él, traicionar la confianza que otras personas depositaron en nosotros? ¿Vale la pena lastimar a otros para obtener nuestro propio beneficio? A la larga solo nos lastimaremos a nosotros mismos y a los que más amamos. Así que no creo que valga la pena, sabemos que hay veces en la vida que nos vemos envueltos en situaciones difíciles, tristeza, problemas, enfermedad, desempleo, hambre, hasta costumbre y aburrimiento, son tantas las cosas que podemos mencionar que nos tientan a ir por la puerta ancha, la que se ve un poco más atractiva y más fácil. Cuando sintamos estos momentos de debilidad busquemos al Señor, descasemos en Él, digámosle que nos llene de su Poder y de su Amor, que nos ayude a tener dominio para esquivar las tentaciones, para no caer en pecado y hacernos daño a nosotros mismos y a nuestros seres queridos. Que nos dé la sabiduría y fortaleza para salir de cualquier dificultad pero de una forma honrada y por el buen camino, que las decisiones que tomemos no nos aparten de su Gloria, al contrario nos acerquen a Él.
Oremos a nuestro Padre, pues Dios puede darnos la paz que necesitamos e iluminar nuestro camino para salir airosos de cualquier dificultad. Dios les Bendiga!