Reflexión diaria.

Queridos amig@s! De acuerdo a nuestro calendario esta época del año es caracterizada por tener un ambiente festivo de alegría y celebraciones, pero entre la compra de regalos, las invitaciones, la comida en abundancia, y los preparativos, muchas veces se convierten en un gran factor de estrés, porque lo que debería ser un ambiente de paz, reflexión personal y comunión con Dios es opacado por los afanes de la vida, el materialismo, y las compras compulsivas sin ningún tipo de planificación que es característica de una sociedad de consumo. Lo triste es que muchos cristianos nos vemos insertos en este movimiento sin detenernos siquiera a pensar en Jesús. Al analizar el origen de la palabra navidad, esta deriva de natividad que significa nacimiento y es precisamente lo que la cultura occidental celebra, el nacimiento del niño Jesús. Pero más importante que conocer el significado de la navidad, o que Jesucristo naciera en diciembre, marzo, septiembre u octubre, lo que realmente importa es el hecho auténtico de su nacimiento, su encarnación real, que fue profetizada por Isaías en el 7: 14 “Por tanto, el Señor mismo os dará señal: He aquí que la virgen concebirá, y dará a luz un hijo, y llamará su nombre Emanuel.” Y su cumplimiento lo encontramos en Mateo 1:23 “He aquí, una virgen concebirá y dará a luz un hijo,Y llamarás su nombre Emanuel, que traducido es: Dios con nosotros.”

La verdadera navidad es la enseñada por el mismo Jesucristo. Él como Maestro explico lo que es un nacimiento o verdadera Navidad, así se lo afirmó a Nicodemo, un sacerdote judío que lo visitó de noche por temor a ser visto por sus colegas religiosos, a él Jesucristo le dijo: en Juan 3:3 “Respondió Jesús y le dijo: De cierto, de cierto te digo, que el que no naciere de nuevo, no puede ver el reino de Dios.” 

La Navidad no tiene ningún sentido si Dios no forma parte de nuestras vidas. Navidad es el nacimiento de Dios en nuestros corazones, no solo una fecha específica, es cuando Jesús empieza a morar en las vidas de quienes lo aceptan. Para este día recordemos y festejemos esta realidad. Y no olvidemos que Él es el homenajeado. Dios les bendiga!


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