Reflexión diaria.



Queridos amig@s! Existe un conocido refrán que expresa “ver para creer”, pero por la Biblia sabemos que es todo lo contrario, para quienes confiamos en Dios esta frase es sustituida por “creer para ver”, Jesús tuvo que explicarle a Tomás la importancia de creer sin necesidad de ver. La fe es la certeza, o plena conciencia y convicción de conseguir aquello que aún no podemos ver, significa creer tener en el presente, lo que se materializará en el futuro. A muchos de nosotros nos resulta algo difícil creer en su totalidad, no es tan fácil creer cuando las circunstancias parecieran empujarnos a la incredulidad, sin embargo, la fe es una cuestión de decisión, y mientras en ti exista la duda, Dios no puede obrar. A los hijos de Dios se nos insta a creer, y al mismo tiempo a confiar en Dios teniendo la plena certeza que Él nunca faltará a sus promesas, y que además, que cuando necesitemos que Dios conceda nuestras peticiones, debemos hacerlo con toda la seguridad y convicción de que las recibiremos, como lo dice la Biblia en Santiago 1:6 “Pero pida con fe, no dudando nada; porque el que duda es semejante a la ola del mar, que es arrastrada por el viento y echada de una parte a otra.”. No dudando porque quien lo hace no agrada a Dios, Hebreos 11:6 “Pero sin fe es imposible agradar a Dios; porque es necesario que el que se acerca a Dios crea que le hay, y que es galardonador de los que le buscan.”. La fe es vital para todo cristiano, en ella tenemos el cumplimento de todas y cada una de las promesa de Dios “porque todas las promesas de Dios son en él Sí, y en él Amén, por medio de nosotros, para la gloria de Dios” 2 Corintios 1:20. Si crees, verás la gloria de Dios en tu vida. Dios les Bendiga.

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