Sobre la meditación.



Queridos amig@s! En anteriores Post hablamos sobre la meditación de las sagradas escrituras, hoy les quiero compartir unas notas sobre éste ejercicio mental. 
La  meditación  no  es  solo  reflexionar  sobre  algo,  tampoco  concentrarse  en algo,  lo  que  quiere  decir  es  estar  en  un  estado  meditativo  constante,  un  estado  de  tomar consciencia,  darnos  el  tiempo  de  aquietarnos  y  observar  nuestro  interior  y  lo  que  nos rodea:  es  tomar  consciencia  de  nosotros  mismos.
Una  sugerencia  de  meditación  podría ser:  primeramente  nos  sentamos  en  una  silla  cómodos  con  las  manos  sobre  nuestras piernas  y  sin  cruzar  los  pies  cerramos  los  ojos,  y  nos  concentramos  primeramente  en nuestra  respiración,  hacemos  unas  cuantas  respiraciones  profundas,  inhalamos  por  la nariz  y  luego  exhalamos  por  la  nariz,  y  luego  tomamos  consciencia  de  nuestro  cuerpo,  y nuestra  respiración,    luego  nos  concentramos  en  los  ruidos  externos  a  nosotros  para  poder alejar  los  pensamientos  ajenos,  estamos  en  silencio  por  algunos  minutos  y  cuando sintamos  el  momento  empezamos  a  visualizar  o  imaginar  el  cielo  azul,  y  que  del  cielo  sale una  luz  resplandeciente que  nos  invade  desde  la  punta  de  la  cabeza  a  los  pies  y llena  todo  nuestro  cuerpo  de  luz  y  lo  revitaliza  completamente  y  así  a  cada  parte  de nuestro  cuerpo,  desde  las  células  hasta  nuestros  órganos  y  sistemas  del  cuerpo,  es en este momento cuando debemos empezar a imaginar cómo sería el rostro de Jesús, cuando tengamos una imagen nítida de él, imagina que le dirías y ora, después en aquieta la mente, no pienses nada y escucha la voz de tu conciencia, quizás encuentres la solución a un problema.
Cuando hayamos terminado el ejercicio, agradecemos al Señor su presencia y con una respiración profunda lentamente abrimos nuestros ojos y despertamos a nuestra realidad cotidiana.

De este modo si hace varias meditaciones al día, conseguirá;  Dedicarse más tiempo a si mismo;  Ser mas consciente de todo cuanto existe, incluidos nosotros mismos;  En la medida que soy consciente de mi, puedo ser consciente de lo que me rodea;  Con la  práctica  asidua  de  la  meditación nos sentimos conectados a Dios que es representado por toda su obra,  también podemos sentir a Cristo, que vive dentro de nosotros desde el momento en el que lo aceptamos como nuestro salvador y Señor:

Gálatas 2:20

«ya no vivo yo, sino que Cristo vive en mí; y lo que ahora vivo en la carne, lo vivo en la fe del Hijo de Dios, quien me amó, y se entregó a sí mismo por mí.» 

Meditar siendo conscientes de que Cristo vive en nosotros es  recuperar  nuestra  armonía  y  sin esta armonía no podemos ofrecer nada. 
Recordar que la meditación es un simple ejercicio mental, para aquietar la mente y liberar el estrés; pero no es una doctrina bíblica ni es necesario practicarla para ser un verdadero cristiano.
Si uno no tiene la suficiente madurez espiritual basada en el conocimiento de la doctrina bíblica, es mejor no distraerse con estos ejercicios, pues pueden recordarnos al tipo de meditación que practican los orientales que no aporta nada a nuestra fe, incluso puede crear algún tipo de confusión.
Los verdaderos seguidores de Jesucristo lo ponen a Él como centro de nuestras vidas y Él esta por encima de todo.

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