Reflexión diaria.
Queridos amig@s! Un día más les invito a leer y reflexionar un poco sobre la palabra, en el evangelio de Juan leemos: "Ustedes son mis amigos…”
(Juan 15:14).
Reflexión: Cristo Jesús nos dice a ti y a mí “Vosotros sois mis amigos…”, a veces nos sentimos solos o confiamos nuestra amistad a personas que solo nos usan, nos engañan y no nos valoran, pero Cristo nos ofrece una amistad sincera, sin engaños, sin mentiras, sin traiciones, una amistad que no se compara con las amistades de este mundo, que muchas veces son falsas y otras verdaderas pero por más buenas que sean no se comparan con la amistad de nuestro Señor Jesucristo, que fue capaz de sufrir y dar su vida por nosotros y con todo y eso a veces echamos a un lado su amistad, prefiriendo conservar las amistades que nos perjudican, no nos valoran, y con las cuales en el fondo no nos sentimos bien e incluso hay personas que dejan que otros las menosprecien, se burlen de ellas o las humillen solo para pertenecer, o no estar solas. No hay necesidad de eso, Jesús nos valora tal y como somos, nos ama, nos tiende sus brazos para darnos ese abrazo lleno de amor que tanto necesitamos. No estamos solos, aprendamos a amarnos y valorarnos tal y como lo hace Jesús con nosotros. Y bueno, quizás digamos “pero yo tengo amistades muy buenas, personas que me quieren y me valoran, las cuales considero mi familia”, y eso está bien, si ese es nuestro caso démosle gracias a Dios por las personas que ha puesto a nuestro alrededor. Pero que tengamos buenos amigos, no quiere decir que descuidemos nuestra amistad con nuestro salvador, Él, a pesar de nuestra indiferencia siempre está ahí para nosotros, para escucharnos, para nuestras alegrías y nuestras derrotas; nuestros estallidos de felicidad pero también nuestras tristezas, nuestros logros y nuestros desaciertos, Él está disponible para nosotros los 365 días del año. Seamos buenos amigos, pasemos tiempo con nuestro Gran amigo, Cristo Jesús. Y tampoco seamos interesados, dediquémosle tiempo de corazón, porque amamos estar con Él, porque lo consideramos nuestro amigo y no porque queremos algo a cambio, seamos buenos amigos. Dios les bendiga!