Reflexión diaria.


Queridos amig@s! Hoy les comparto este versículo del libro de Juan espero que les parezca interesante, les recuerdo que si tienen interés en algún tema bíblico me lo comuniquen por mensaje. 
En el libro de Juan leemos: "Santifícalos en tu verdad; tu palabra es verdad" (Juan 17:17).

Reflexión: El sentimiento expresado en Salmos 51:1-2 debería ser el anhelo de todo Cristiano, ser limpios por el Señor, “Ten piedad de mí, oh Dios, conforme a tu misericordia; Conforme a la multitud de tus piedades borra mis rebeliones. Lávame más y más de mi maldad, y límpiame de mi pecado”. Dios puede limpiar nuestras vidas, darnos un nuevo corazón, y sacar de raíz la maldad del pecado en nosotros, curando nuestras heridas y convirtiéndonos en una persona que refleje el amor de Cristo. Al igual como necesitamos bañarnos a diario para mantenernos limpios y aseados, de igual manera necesitamos la limpieza diaria de la Palabra de Dios. Cada día debemos seguir moldeando nuestro carácter, cada día debemos seguir mejorando cada una de nuestras actitudes para seguir el ejemplo que nos dejó Cristo Jesús. Todo los días tenemos algo que mejorar en nosotros, es por ello que la Palabra de Dios es el instrumento por el cual podemos limpiarnos, porque en ella está contenido el Poder del Señor, además las maravillosas enseñanzas de Jesús que nos muestra distintos escenarios que nos enseñan a desenvolvernos en nuestro día a día. Pero está claro que esta limpieza no la podemos hacer solos, es por eso la importancia de orar para implorar al Señor que nos transforme, que obre en nuestras vidas y limpie nuestro corazones, que saque de nuestras vidas todo sentimiento de maldad, egoísmo, envidia, ira, rencor, pereza, soberbia, odio, amargura, entre otros sentimientos negativos que sabotean nuestra vida.  Digámosle a Dios como el salmista en Salmos 51:10 “Crea en mí, oh Dios, un corazón limpio, y renueva un espíritu recto dentro de mí”. He escuchado el testimonio de muchas personas cuyas vidas han dado un giro de 180 grados porque se han dejado limpiar por la sangre preciosa de Cristo como nos dice 1 Juan 1:7 “pero si andamos en luz, como él está en luz, tenemos comunión unos con otros, y la sangre de Jesucristo su Hijo nos limpia de todo pecado”. La misma Biblia nos muestra muchos casos de transformación y limpieza a través de Cristo, pero en esta ocasión hablaremos de Zaqueo donde podemos ver cómo Jesús logró obrar en él y lo transformó, definitivamente limpió su corazón, esta historia la podemos leer en Lucas 19:2 “Y sucedió que un varón llamado Zaqueo, que era jefe de los publicanos, y rico”, recordemos que los jefes de los publicanos tenían el trabajo de recaudar los impuestos, pero estos eran odiados porque extorsionaban, no tenían escrúpulos y se apropiaban de una parte de los impuestos sin riesgo de ser perseguidos, pero luego vemos cómo cambia por la misericordia de Jesús en Lucas 19:8 “Entonces Zaqueo, puesto en pie, dijo al Señor: He aquí, Señor, la mitad de mis bienes doy a los pobres; y si en algo he defraudado a alguno, se lo devuelvo cuadruplicado”. Dejémonos limpiar por Cristo Jesús. Dios les bendiga!

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