Reflexión de hoy.


Queridos amig@s!  aquí les comparto la cita bíblica con una pequeña reflexión para meditar, hoy vuelvo al libro de Juan: "Aquella luz verdadera, que alumbra a todo hombre, venía a este mundo" (Juan 1:9).

Reflexión: Son muchos los beneficios de tener un tiempo a solas con Dios, pero mencionaremos algunos de ellos. El tiempo a solas con Dios nos previene de las penas, el dolor, los problemas y las angustias. En la vida pasamos por momentos de mucha tranquilidad, alegría y estabilidad, pero también pasamos por momentos difíciles, los cuales en ocasiones lo pudiésemos prevenir si tenemos una buena comunión con Dios, ya que el Señor tiene una sabiduría inmensa la cual comparte con todo aquel que se la pida como dice Santiago 1:5 “Y si alguno de vosotros tiene falta de sabiduría, pídala a Dios, el cual da a todos abundantemente y sin reproche, y le será dada”, pedir la sabiduría de nuestro Padre cada vez que nos despertemos o que tengamos que tomar decisiones nos ayuda a reducir nuestras equivocaciones, ya que nos ayuda a elegir bien si nos dejamos guiar por el Espíritu Santo, tener acceso a la gran sabiduría de Dios es un gran privilegio que se nos ha otorgado porque como dice Santiago 3:17 la sabiduría Divina no solo nos da la facultad para actuar con sensatez, prudencia o acierto, sino que también produce en nosotros una transformación, sacando lo mejor de nosotros y acercándonos a la imagen de Jesús “Pero la sabiduría que es de lo alto es primeramente pura, después pacífica, amable, benigna, llena de misericordia y de buenos frutos, sin incertidumbre ni hipocresía”. Y ¿qué pasa en los momentos difíciles?, pues sí es normal pasar por esos momentos, la pregunta es ¿cómo los enfrentamos?, cuando la tempestad azota nuestras vidas es cuando con más fuerzas debemos aferrarnos a nuestro Salvador para no ser derrumbados, cuando realmente tenemos una relación cercana con Dios, vemos los problemas como oportunidades para reinventarnos, encontramos soluciones en vez de problemas, nos enfocamos en salir de la situación, sin quejarnos,  con nuestra vista enfocada en la luz del mundo, nuestro Gran Yo soy, Cristo Jesús. Colocando nuestras esperanzas y fe en el Padre. Jesús a diario muy temprano buscaba la bendición del Padre eso lo hacía tener la fortaleza para enfrentar sagazmente los desafíos de cada día, al leer las Sagradas Escrituras siempre vemos a un Jesús que sabía lidiar con la situación tan sabiamente que terminaba dando lecciones de vida. Sigamos el gran ejemplo de nuestro Salvador y mantengamos una relación cercana con nuestro Padre Celestial. Qué Dios les bendiga! 

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