Reflexión para hoy.

Queridos amigos! Hoy quiero compartirles este versículo: "Porque si perdonáis a los hombres sus ofensas, os perdonará también a vosotros vuestro Padre celestial; mas si no perdonáis a los hombres sus ofensas, tampoco vuestro Padre os perdonará vuestras ofensas" (Mateo 6:14-15).

Reflexión: Debemos ir a El Padre con un corazón limpio, reconciliados con nuestros hermanos. Si nosotros no somos capaces de perdonar, ¿cómo pretendemos que nuestro Padre Celestial sí perdone nuestras faltas? A veces como seres humanos nos es difícil perdonar, pues somos pecadores, duros de corazón. Pero pidámosle a Dios que nos perdone y nos ayude a ser personas misericordiosas, a no guardar rencor en nuestro corazón ya que el mismo solo envenena y enferma nuestra alma. Cuando perdonamos, nuestra alma se pone en paz y armonía.  Aprendamos a perdonar al prójimo y también a perdonarnos a nosotros mismos para que podamos vivir la vida con tranquilidad, llenos del Espíritu Santo. Sigamos el ejemplo que nos dejó Jesús en Lucas 23:34 “Y Jesús decía: Padre, perdónalos, porque no saben lo que hacen”. Oremos al Señor y roguémosle que renueve nuestro corazón y nos enseñe a vivir reconciliados con nuestros hermanos. La mejor forma de pedir perdón al Padre, es confesando nuestros pecados y hacer penitencia por el perdón. Recuerden acudir a la iglesia y confesarse. Dios les Bendiga! 

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