Una reflexión y un consejo para hoy.
Queridos lectores, les agradezco mucho que me dediquen su atención, hoy les escribo esta cita del Evangelio de Mateo para compartirles esta reflexión.
«Pero yo les digo que cualquiera que mira a una mujer y la codicia ya ha cometido adulterio con ella en el corazón.
Por tanto, si tu ojo derecho te hace pecar, sácatelo y tíralo. Más te vale perder una sola parte de tu cuerpo, y no que todo él sea arrojado al infierno.» Mateo (5:28-29)
Reflexión: La Biblia nos habla de mantener limpio nuestro espíritu, nuestra alma y sobre todo nuestra mente ya que en ella se generan los pensamientos que llegan a ser la raíz de nuestros problemas y pecados. Las ideas, las intrigas, el odio, la codicia, la venganza, el rencor, las adicciones, las mentiras y todos esos malos pensamientos que nos llevan a pecar se generan primeramente en nuestra mente. Por eso Dios nos dice que arranquemos el problema de raíz y mantengamos una mente limpia, sana, eliminando todos los pensamientos tóxicos que se puedan cruzar por nuestra mente, para así poder lograr una verdadera armonía con Dios y mantener una estabilidad en nuestras vidas que nos llena con una paz celestial, alegría y nos hace apreciar lo bello de la vida, sin ataduras, sin rencores, dejando que solo el amor sea el sentimiento que nos motive a seguir caminando bajo la gracia de Dios y guíe nuestras acciones. En Mateo 5:21-30 Dios nos explica que los pensamientos tóxicos pueden ser tan dañinos que el solo hecho de pensarlo ya estamos pecando pues nos dice que odiar a alguien es como haberlo asesinado y codiciar a una mujer es como haber adulterado con ella. Y es que el pensamiento ya nos lleva a desear, nos transforma y por último si no nos deshacemos de él nos lleva a actuar, accionar y caer en pecado. Es que el solo hecho de guardar rencor en nuestro corazón ya nos destina a vivir una vida poco plena, porque vivimos atados a un sentimiento que no nos deja avanzar y nos hace actuar de la peor manera. Así que esforcémonos por mantener limpia nuestra mente, para mantenernos fuertes y no desviarnos del camino de la gloria. Pero sé que hay pensamientos de los cuales no sabemos cómo liberarnos de ellos, pensamientos tóxicos que se arraigan a nosotros y nos hacen prisioneros de la depresión, el dolor, la ira, entre otros, que no nos dejan liberarnos de personas que ya no están en nuestras vidas, superar derrotas, malos hábitos, vicios y heridas del pasado, entre otros. Pero tenemos un Dios que puede ayudarnos a limpiar nuestra mente, Dios es nuestro mejor antídoto contra nuestros pensamientos impuros, solo él conoce lo que oculta lo más profundo de nuestro ser, como lo dice Salmos 139:2 “Tú has conocido mi sentarme y mi levantarme; Has entendido desde lejos mis pensamientos”. Entonces pidamos perdón a nuestro salvador Jesucristo por todos los momentos donde dejamos que nuestra mente nos dominara, pidámosle que nos libere, que cambie los pensamientos negativos por pensamientos positivos, para lograr la paz y la liberación que necesitamos en nuestra vidas. Dios les Bendiga!