Consejos para sanar 1.
Queridos amigos! Gracias por leer nuestro blog, en esta entrada voy a darles unos consejos para su sanación si padecen alguna enfermedad, están basados en los principios cristianos y en las recomendaciones de la nueva medicina germánica con la que comparto mucha afinidad:
1- No dejarse ganar por el pánico
Muy a menudo, la gente muere en pánico. La persona no debería entrar nunca en pánico, ni hacer entrar en pánico a los demás. Hay que tener un enorme cuidado con el entorno y lo que recibe de nosotros. Ámense ustedes mismos y también ámense entre ustedes.
Amarse tiene un doble sentido de gran valor terapéutico. Si uno se ama a sí mismo, primero, no hará ningún conflicto consigo mismo, ni de desvalorización, ni de culpabilidad. Si se ama a los demás entonces no hará ningún conflicto con los demás.
Recordemos el evangelio: 1ª Tesalonicenses 4:9 «En cuanto al amor fraternal, no tenéis necesidad de que os escriba, porque vosotros mismos sois enseñados por Dios a amaros los unos a los otros»
No entrar en pánico significa que el enfermo nunca debe asustarse y que los terapeutas jamás deben asustar al enfermo. De lo contrario, hasta un resfriado se vuelve incurable, ya que provocará una generalización. Entrar en pánico es fracasar como creyentes: Hebreos 13:6 «De manera que podemos decir osadamente: El Señor es mi ayudador, no temeré.»
2- Soportar la vagotonía
Vagotonía es la excitabilidad anormal del nervio vago, con alteraciones de la función de los órganos en que se ramifica este nervio principalmente en el corazón, los bronquios, el estómago y los intestinos.
Alrededor de las 22:00 se desencadena normalmente el impulso máximo de la vagotonía. El nervio vago es el más poderoso nervio del organismo: no hay manera de vencer al sueño.
Ese es nuestro ritmo ancestral: el hombre es un ser diurno, en su código biológico de comportamiento, está grabado que debe actuar de día y reposar de noche.
Es durante la noche que todo está automatizado para que el organismo concentre su trabajo en el tubo digestivo.
Tenemos menos actividad cerebral, cardíaca, respiratoria. Es normalmente por la noche que toda enfermedad se hará más insoportable porque es durante esa vagotonía que el cerebro repara mejor y puede haber más edemas, entonces no se preocupe, el dolor será normal, usted se está curando.
Se puede hacer algo para reducir esos edemas para que sea mas soportable pero solo reducirlos porque si se impide que actúen, nunca se logrará la reparación, puesto que los elementos re-constitutivos no llegarán a reparar.
En estos momentos debe ofrecer su sufrimiento al Señor y pedirle que lo sane en todos los niveles. No se altere, haga ejercicios de respiración mientras reza y solicite a Jesús que se lleve su dolor y lo transforme en salud y en perdón.
1ª Corintios 10:13 «No os ha sobrevenido ninguna prueba que no sea humana, pero fiel es Dios, quien no os dejará ser probados más de lo que podéis; antes bien, juntamente con la prueba proveerá también la salida, para que podáis soportar.»
3- Todas las noches, hacer el balance diario
Hay que saber si no se ha trabajado demasiado durante el día. Si es así, reposo obligatorio el día siguiente (para las enfermedades importantes como el cáncer, fibromialgia, artritis, etc…).
La persona debe curarse. Puede hacer muchas cosas, pero la principal es ocuparse de su enfermedad por encima de otras obligaciones, hay que motivarlo recordándole que el Señor escucho su súplica y tendrá respuesta si permanece firme:
2º Crónicas 6:39 «...entonces escucha Tú su oración y sus súplicas desde los cielos, el lugar de tu morada, y ampara su causa, y perdona a tu pueblo...»
Debe dedicarse un tiempo de reflexión, que haga un repaso de su jornada en su cabeza, hay que interesarse en la vida, tomar notas, hacer un balance de la jornada. Puede leer en esos momentos el evangelio y buscar así la paz mental.
Si hizo demasiado esfuerzo, debe reposar al día siguiente porque de lo contrario entra demasiado en estrés, en actividad, con lo que el cerebro vuelve a la simpaticotonía deteniendo la vagotonía. Allí se detiene la curación.
4- Todas las mañanas tomar un lápiz y planificar su día
Hay que respetar el plan y prever al menos seis horas de reposo, además de la noche. Estas son las reglas para los grandes enfermos y tienen que luchar contra sus angustias.
El que está en silla de ruedas querrá siempre asistir a muchas reuniones para demostrar y demostrarse que puede hacer lo que todo el mundo.
Es una reacción de escape, es un juego perverso. Hay que concentrarse en su curación porque ésta es posible. Hay que evitar entrar en el estrés de la acción.
Con seis horas de reposo, además de la noche, tenemos suficiente vagotonía. El cerebro tiene una fuerza extraordinaria para curarnos a pesar de todo lo que hacemos contra eso (entre los miedos, las peleas, los mensajes deprimentes o terribles que recibimos durante el día y a causa de las acciones) y ayudados por nuestra Fe, observaremos cambios asombrosos.
Isaías 12:2 «he aquí Dios es mi salvación; Me aseguraré y no temeré, Porque mi fortaleza y mi cántico es Dios, Y Él fue mi salvación.»
Esas horas de descanso de actividades, las dedicaremos a ejercicios espirituales, cómo la meditación. La meditación que practicamos es con ejercicios de respiración, intentar vaciar la mente de cualquier pensamiento, relajarse, antes conviene poner música muy suave, (yo recomiendo cantos gregorianos); cuando estamos en completa calma podemos mantener un diálogo con Jesús del tipo: "Señor, se que me amas y que nunca me has abandonando, dame fuerzas para continuar con mi día sin preocupaciones. No quiero preocupar a mis compañeros o familiares, dame paz para transmitirles la confianza necesaria."
Si haciendo estos ejercicios entra el sueño, es positivo dormir un poco.
Hageo 1:7 «Así dice el Señor: Meditad sobre vuestros caminos.»
5- Hacer siempre lo absolutamente necesario primero
Si eso sobrepasa tres horas de esfuerzo físico o psicológico, hay que detener lo superfluo y descansar, con el corazón alegre porque estamos haciendo lo que corresponde para curarnos, y no lo contrario.
La mayor parte de la gente se deprime, se desmoraliza, tienen miedo de descansar: tienen el estrés de su problema, de su decrepitud y ese es un conflicto secundario muy fuerte. “Ya no puedo hacer nada, no sirvo”.
Hacer lo absolutamente necesario primero va a permitir a la persona probarse que existe todavía, pero hay que cronometrar el tiempo.
La persona enferma quiere demostrar que puede hacer, pero si pasa tres horas físicas o psicológicas, debe detenerse. Lo mejor es leer las sagradas escrituras, buscar Salmos y frases de Jesús que nos inspiren motivación. También ver películas divertidas o jugar con los hijos, reírse y tener Fé son una gran ayuda.
Job 8:21 «Aún llenará de risa tu boca, Y tus labios prorrumpirán en gritos de júbilo».
Busque la armonía, no atienda los noticieros, con guerras, accidentes, o películas de muerte, de violencia, inconscientemente se sobre-estresa con imágenes liminales y subliminales.
Durante la recuperación, me ocupo de mí, me amo, me cuido, me mimo, esto es vital, es la manera de curarse, me pongo en manos de Dios y confío.
6- Rechazar todo enfrentamiento
Recriminar, discutir con su entorno es uno de los mayores dramas que garantizan la recaída o la imposibilidad de curarse. “Necesito de ustedes, de su ayuda y no de su oposición permanente”. Porque uno sustrae calorías y fuerzas de las que necesita el cerebro para reparar y al monopolizar la energía para combatir generalmente el enfermo está expuesto al juicio de quienes lo rodean, y estos no saben nada, solo hablan por hablar y el enfermo no sale del estrés.
Mateo 5:5 «Bienaventurados los mansos, porque ellos heredarán la tierra».