Reflexión para hoy.


Queridos amig@s! Todos alguna vez hemos admirado a alguien en particular y deseado seguir sus pasos, aunque solo algunos pocos consiguen ser tan buenos como lo fue el joven Eliseo, quien sucedió al profeta Elías en tiempos antiguos. Eliseo tuvo un gran ejemplo al que seguir, por esta razón, permaneció muy cerca de su maestro hasta sus últimos días en la Tierra, estando dispuesto a seguirlo sin objetar nunca el trabajo que hacía, pues tenía claro que Dios lo había llamado.

Muchas veces resulta más fácil seguir los malos ejemplos porque no requiere ningún esfuerzo ni compromiso de nuestra parte, pero eso no significa que sean provechosos, la Biblia en Proverbios 28:19 nos aconseja lo siguiente: “El que labra su tierra se saciará de pan; Mas el que sigue a los ociosos se llenará de pobreza.” Si ocupamos nuestro tiempo y esfuerzo en seguir a quienes no hacen nada de provecho terminaremos siendo igual de miserables que ellos; por el contrario, empieza por pensar que, así como Eliseo, todos nosotros tenemos grandes ejemplos que nos pueden servir de inspiración, como algunos personajes de la Biblia, y también todos aquellos que han influido positivamente en nuestra vida.

El apóstol Pablo en reiteradas ocasiones les decía a sus discípulos que siguieran su ejemplo, así lo hizo en 1 Corintios 11:1 “Sed imitadores de mí, así como yo de Cristo.”

Y esto no se trata de reconocer en Pablo arrogancia, él simplemente era consciente de la presencia de Dios en su vida y de su caminar de la mano de su creador, él no esperaba que los demás copiaran todos los aspectos de su vida, pero sí aquellos que habían sido moldeados para agradar a Dios. Si aún no tienes un ejemplo al que seguir es momento que te decidas por el mejor de los mejores, Jesús, definitivamente Él es el único en quien puedes fiarte de imitar sin el temor a llegar a equivocarte, porque en su estadía en esta Tierra nos mostró una vida ejemplar desde todos los ángulos. Dios les Bendiga!

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