Reflexión diaria.
Queridos amig@s! Muchas veces con la mirada hacemos el mal y lo hacemos sin darnos cuenta. El corazón comienza a desear lo que los ojos ven. Con los ojos vemos todas las opciones que tenemos a nuestra disposición pero no distinguen por sí solos lo que ven. Con una mirada lo podemos ver todo, y en nuestra debilidad permitimos que exijan demasiado, también pueden llevarnos a buscar a Dios y su verdad, pero también pueden extraviarnos por caminos de envidia o deseos impuros. Jesús impactó a sus discípulos con una advertencia en cuanto a nuestros ojos. Si uno de ellos hace que pequemos, debemos "desecharlo" (Mateo 5:29). ¿Es el ojo realmente tan peligroso? No! pero el pecado es así de serio. Hay que lidiar con él. Y la primera manera de hacerlo es poniendo atención a cómo vemos el mundo. Así como somos responsables de las cosas que llenan nuestro corazón y de las palabras que salen de nuestra lengua, también somos responsables de como percibimos lo que nos rodea. Podemos poner